INTRODUCCIÓN
El
concepto de cultura es manejado cada vez con más frecuencia y, de algún modo,
parece un concepto bastante intuitivo, pero, sin embargo, es difícil de definir
y comprender en toda su extensión y, al mismo tiempo, es un concepto clave en
los procesos de innovación dentro de una organización y en la gestión del
cambio.
La cultura
recoge elementos tan cotidianos como la forma en que se toman las decisiones,
el flujo de la comunicación, los estilos de liderazgo, los valores aceptados,
el grado de definición de las normas y la flexibilidad en su aplicación, las
relaciones entre directores y colaboradores, la predisposición a asumir riesgos
y aceptar errores, la iniciativa e innovación demostradas, etcétera. Es decir,
la cultura es lo que se "respira" en una organización, lo que
transmiten los comportamientos de las personas que integran la empresa.
- Algunos ejemplos de culturas pueden ser:
- Con orientación al cliente frente a la orientación al producto.
- · Abierta y cooperativa frente a la cultura de no compartir información.
- · Delegación frente a concentración de poder.
- · Flexible en normas frente a implacable en ellas.
- · Personal frente a burocrática.
- · Innovadora frente a "estática".
- · Personal comprometido frente ha no comprometido.
Pero más
allá de la definición de cultura y de los elementos que la componen, lo
realmente clave es entender su importancia y su impacto en la cuenta de
resultados de la empresa básicamente a través de dos aspectos básicos en la
organización:
Procesos
de cambio, cada vez más frecuentes en el entorno actual ya que la cultura es un
elemento clave para la gestión del cambio organizacional.
La
competitividad relacionada con las personas de la organización ya que
inherentemente hay modelos culturales que hacen que las organizaciones sean más
competitivas que otros.
De esta
manera, queda claro que conocer la naturaleza de la propia cultura, los
comportamientos y valores por los que se rigen las personas que constituyen la
empresa, así como los mecanismos que ponen en marcha esa peculiar manera de ser
de una compañía, se plantea como una cuestión necesaria para promover cualquier
proceso de cambio e innovación en la empresa.
Con
frecuencia, el entorno cambiante y los retos a los que se enfrentan las
empresas, lleva a la necesidad de que éstas pongan en marcha cambios
estructurales que permitan una respuesta adecuada a las exigencias del entorno,
los cuales cada vez con más insistencia, se enuncian en términos de Cambio
Cultural, es decir, el necesario cambio de comportamiento de todas las personas
de la empresa en relación con el mercado.
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